La caravana del festival se desplaza por el departamento, de municipio en municipio, coronando las reinas locales que concursaran por representar al Huila en el reinado Nacional del Bambuco. Por Neiva, las noches comienzan a alargarse, los bares abren hasta mas tarde, ocupan los andenes y las calles. Comienzan a subir los precios. Sobre todo se encárese
el marrano que ofrecen en los avisos clasificados, puertas de galería o en la rivera del Magdalena.
Las muchachas de servicio huyen o piden vacaciones; patotas de estudiantes, primos apenas conocidos y la peregrinación de los opitas que viven fuera del departamento. Así mismo se inicia el éxodo de la familia de profesionales foráneos a quienes las fiestas agobia.
En cambio, en el bienestar familiar, el ancianato, en la unidad psiquiatrita, juzgados, gremios, en algún bar de extramuros preparan reinados paralelos de los niños, ancianos, locos empleados judiciales travestis, por unos breves días todos se consideran dignos de crear otras jerarquías que subviertan los poderes establecidos.
Alas puertas de la ciudad en víspera, las capitales vecinas abandonan cargamentos de locos y bendigas. Los artesanos, vendedores ambulantes, reponeros, prostitutas entran de manera sigilosa y eligen su terririo en Neiva.
Tomado de: la ebrida de los aposteles,
torres William Fernando.
foto tomada: por lina
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